PINTURA
Los artistas del siglo XV tienen como preocupación básica la de dotar de volumen a sus figuras, que ocupen un espacio determinado en un escenario real. El modelado y la perspectiva, y en menor medida la luz, son sus principales logros. En cambio, su interés por la representación del detalle es muy inferior a la de su contemporánea, la pintura flamenca.
MASACCIO Es el verdadero iniciador del nuevo estilo. Dota de gran plasticidad a sus figuras, y las sitúa en escenarios convincentes (y no simples “casas de muñecas”). En el fresco de La Trinitá de Santa María Novella de Florencia logra representar la profundidad de un modo plenamente convincente gracias a la aplicación de la perspectiva lineal. Destacan también los frescos de la Capilla Brancacci, en Florencia, que representan escenas de la vida de San Pedro.
FRA ANGÉLICO DE FIÉSOLE pinta delicadas obras religiosas, como la Anunciación del Museo del Prado.
PAOLO UCCELLO muestra su interés por la perspectiva en su Batalla de San Romano. En esta obra profana se unen un gran dinamismo, abundantes elementos en escorzo, y unos colores un tanto fantasmagóricos que quieren subrayar los elementos anteriores.
PIERO DELLA FRANCESCA se preocupa por la representación de la luz, como en El sueño de Constantino, obra en la que indaga en los efectos de la iluminación artificial.
MANTEGNA siente afición por los pronunciados escorzos, como en el impresionante Cristo muerto de Milán.
GIOVANNI BELLINI (1430-1516) pertenece a la escuela veneciana, más vitalista, alegre y luminosa; destacan sus Conversazioni (reuniones) ya sean sagradas o profanas, como el Retablo de San Giobbe. Realiza también obras muy intelectualizadas como la Alegoría Sagrada, de difícil interpretación.
SANDRO BOTTICELLI Es el más joven de los grandes pintores del Quattrocento. Se caracteriza por su perfecto dibujo que crea formas elegantes y sinuosas. Le atraen especialmente los temas literarios, acordes con las ideas neoplatónicas de la época, ya sean mitológicos (El nacimiento de Venus, Alegoría de la Primavera) o modernos (Nastagio degli Onesti, inspiradas en el Decamerón de Boccaccio). Son obras con gran riqueza de significado, porque al asunto concreto que se pinta se le sumaba una interpretación filosófica al alcance de pocos. Es también un exquisito pintor religioso (tondo de la Virgen del Magnificat).