Autarquía y racionamientoUno de los principales objetivos de la primera etapa del franquismo fue conseguir la autosuficiencia económica (autarquía). Para ello se fomentó una política económica que propugnó el aislamiento del exterior y la sustitución del libre mercado por la intervención del Estado en la economía,La política autárquica tuvo tres grandes ámbitos de actuación. El primero fue la reglamentación del comercio exterior. De este modo, las importaciones y exportaciones pasaran a estar completamente controladas por el Estado. Así se reducían las importaciones a los productos considerados imprescindibles. El resultado de estas restricciones fue el encarecimiento de los productos que le estado había importado, y una gran escasez de bienes de consumo y también provocó un descenso de la producción industrial.El segundo ámbito de actuación fue el fomento de la industria. Una serie de leyes y medidas favorecieron la creación de empresas públicas, así como la nacionalización de sectores considerados indispensables. También se fomentó el desarrollo de las industrias de bienes de equipo, que recibieron ayudas públicas. En 1941 se nacionalizaron todas las compañías de ferrocarriles y se creó la RENFE. En 1945 se nacionalizó la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE).En el 1941, se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI), destinado a promover la nueva política industrial. El INI impulsó la creación de numerosas empresas públicas, cuyo objetivo era producir los bienes que el sector privado no fabricaba.El tercer ámbito del intervencionismo estatal afectó al sector agrario, que vio cómo el Estado regulaba la producción, la comercialización, los precios y el comercio de la mayoría de sus productos. Los bajos precios oficiales provocaron un descenso de la producción.El resultado de la política autárquica fue un profundo estancamiento económico caracterizado por el colapso del comercio exterior, por un notable descenso del nivel de producción y consumo, y por una considerable disminución del nivel de vida de la población. España, tras la Guerra Civil, tardó 15 años para alcanzar los niveles de 1935.La rígida reglamentación de la economía autárquica conllevaba el control del mercado por parte del Estado. Los productores agrícolas estaban obligados a entregar la producción a un precio de tasa y la propia Administración la vendía a un precio también regulado. El resultado fue el desabastecimiento generalizado de alimentos y el racionamiento de los productos considerados de primera necesidad. Todo esto, provocó que muchos productores escondieran su producción para venderla en el mercado negro, para obtener más ganancias. En este mercado el precio solía ser 3 o 4 veces mayor a los oficiales.El nivel de vida de la población disminuyó considerablemente como consecuencia de la inflación y los bajos salarios, que crecieron muy lentamente entre 1939 y 1951, y siempre por debajo de los precios.El hambre afectó a una parte significativa de la población y la precariedad se evidenció también en la carencia de viviendas dignas, sobre todo
en las grandes ciudades. Todo ello provocó un aumento del chabolismo. También, debido al hambre, al frío y la insalubridad de las viviendas se extendió un conjunto de enfermedades ya erradicadas en décadas anteriores como la tuberculosis.