T 3.1. Aumento demográfico y expansión agrícola

La Revolución Industrial fue el resultado de un conjunto de cambios económicos y tecnológicos interrelacionados, que dieron lugar a una profunda transformación de la economía y la sociedad.

Los primeros síntomas de estos cambios se percibieron en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII, donde un aumento de la producción agrícola permitió el crecimiento sostenido de la población.

1.1. La revolución demográfica

Desde mediados del siglo XVIII, la población europea inició un proceso de crecimiento ininterrumpido que se conoce como revolución demográfica.

Las causas de ese cambio demográfico fueron el aumento de la producción de alimentos y, también, aunque en menor medida, el progreso de la higiene y la medicina. Una mejor alimentación hizo a la población más resistente a las enfermedades, y de este modo las grandes pestes y epidemias fueron desapareciendo.

Como consecuencia se produjo una disminución de la mortalidad y un mantenimiento, o ligero incremento, de la natalidad. La reducción de la mortalidad, sobre todo la infantil, hizo también posible un aumento de la esperanza de vida, que pasó de 38 años, a finales del siglo XVIII, a alcanzar los 50 a finales del XIX.

El resultado fue un crecimiento de la población del continente, que pasó de 140 millones de habitantes en 1750, a 187 en 1800, y a 266 en 1850. Este ritmo de crecimiento fue aún mayor y más rápido en Gran Bretaña, país en donde primero se produjeron los avances agrícolas.

1.2. La revolución agrícola

El incremento de la población provocó un aumento de la demanda de alimentos y un alza de los precios agrícolas, que estimuló a los propietarios a aumentar la producción y mejorar la productividad. Esto fue posible gracias a dos grandes transformaciones: