Comentario: OratoriaEl texto que se nos presenta a comentar pertenece al género de la oratoria, el arte de hablar con elocuencia con el fin de convencer a los adversarios con su opinión. Es la prosa destinada a un uso práctico, que es el ya citado: convencer al contrario de lo que se expone. Esto, puede ser no cierto pero al plasmarse con tanta belleza llega al receptor y se convierte en creíble. Se aplica a la elocuencia latina la retórica griega que es muy recurrente. También se utilizan las ondas o cláusulas en la oratoria que supone un discurso rico en patetismo, análisis psicológico y musicalidad./ A partir de este fragmento podemos concluir que su autoría pertenece a M. Tulio Cicerón, que es sin duda la figura con la que la prosa latina alcanza su plena madurez, siendo capaz de explicar todos los tonos y matices. Nació el 3 de enero del 106 a.C. en Arpino, en el seno de una familia de orden ecuestre. El 7 de diciembre del 43 murió cuando la banda de M. Antonio le cortó la cabeza y las manos, y las exhibieron. / La obra de Cicerón consta de 58 discursos, que pueden dividirse en judiciales y políticos, entre otros como lo filosóficos que escribió al final de su vida pero que no tienen tanta relevancia. Entre los judiciales destaca principalmente In C. Verrem, las "Verrinas", seis discursos sobre el caso del expolio del propretor Verres en Sicilia; también cabe destacar Pro Milone, en el que intenta sin éxito demostrar que Milón actuó justamente en el asesinato de Clodio. Entre los políticos destaca In Catilinam, cuatro célebres discursos contra el conjurado de Catilina; y In M. Antonium orationes Philippicae, las "Filípicas", catorce discursos contra M. Antonio después del asesinato de César./ Este fragmento que comentamos, en concreto, pertenece al discurso político In Catilinam. / Como orador, su misión consistía en demostrar, agradar y conmover. Para este fin Cicerón preparaba muy a fondo sus discursos. Además Cicerón aspira a una unidad equilibrada y proporcionada de la obra del arte, y entiende las partes de un discurso como miembros de una unidad superior, integrados en ella armónicamente. Las partes que establece para conseguirlo son: exordio que es la introducción del tema a tratar; confirmación donde se da la aportación de los argumentos; refutación, de las objeciones reales o posibles; peroración o parte final, destinada a ganarse a los jueces y el auditorio./ Así pues, para realizar sus grandiosos discursos dispuestos de las partes ya nombradas se basaba en una específica metodología. La técnica comprendía fases sucesivas: invención o búsqueda de argumentos; disposición o distribución de esos argumentos; elocución, el arte de utilizar las palabras más convenientes; memoria, recordar cada cosa en el lugar apropiado; y acción, pronunciar el discurso prestando atención a los gestos y al tono de voz.