-Quien escribe no es quien existe-.
W.Booth en su libro: “La retórica de la ficción” sostiene que un relato es siempre una organización convencional que se propone como una verdadera. En el mundo ficcional permanecen en suspenso las condiciones de verdad referidas al mundo real en que se encuentra el lector antes de abrir el libro.
Entre muchas aproximaciones y consecuencias que cabe deducir de esta suspensión de realidad, nos vamos a centrar en el estudio de lo que el profesor Pozuelo Yvancos llama el “pacto narrativo”. Entrar en el pacto narrativo es aceptar una retórica por la que la situación de enunciación-recepción, que se ofrece dentro de la narración, es differenciable de la que se da fuera de esta.
En un primer momento, el pacto narrativo distingue entre narrador y autor, en el plano de la enunciación, y , en el plano de la recepción, entre lector real y narratario. En medio de estos dos pares han surgido otros conceptos como el de autor y lector implícito, autor y lector implícito representado.
Como se puede ver en el esquema, se han distinguido varios pares de instancias marcadas por una linea continua que separa la frontera entre la realidad y la ficción. Las instancias que están fuera del cuadro están completamente fuera de la inmanencia textual y aquellas que están dentro del cuadro pertenecen a la codificación narrativa, es decir, son instancias del texto, sea cual sea su interpretación y vienen determinadas por marcas formales, que no son susceptibles de modificación historia una vez que el texto ha sido codificado.
EL PACTO FICCIONAL. .
De todo lo dicho se deducen dos consecuencias: