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Para entender un poema épico hay que tener muy presente su condición de poesía oral, es decir, compuesta y trasmitida, al menos en su origen, sin la ayuda de la escritura. Los poetas componían sus obras y las interpretaban con la sola ayuda de la memoria, por lo que éstas tenían una buena dosis de improvisación. Para poder realizar esta tarea, sobre todo cuando se trataba de poemas de gran extensión, la Ilíada tiene 15593 versos y la Odisea 12110, los poetas recurrían a diversas técnicas: el uso de la música, los epítetos atribuidos a los héroes –Aquiles de pies ligeros, Héctor de tremolante casco-, el empleo de los mismos adjetivos para los mismos sustantivos –las rápidas naves, la negra tierra, el ponto vinoso, la sagrada Troya-, repetición de versos enteros o comparaciones. Todo esto permitía a los poetas tener una buena colección de frases hechas – las llamamos fórmulas épicas- para las distintas partes del verso.
Veamos los rasgos que caracterizan al género épico: Uso del hexámetro dactílico: seis pies formados por una sílaba largay dos breves (dáctilo –vv) o dos largas (espondeo --) según el siguiente esquema:-vv/-vv/-vv/-vv/-vv/-v --/--/--/--/--/-v
El verso estaba dividido en partes mediante las cesuras:
La más importante es la pentemímeres que divide el verso en dos hemistiquios, de manera que es la generalmente aparece y cuando no ésta esta suele estar la trocaica o femenina.Además de las cesuras existe otra pausa: la diéresis bucólica, después del 4º pie.
Uso de un dialecto literario propio, básicamente dialecto jonio, aunque también hay presencia de formas de otros dialectos, dando lugar a una lengua artficial.