El Escorial Identificación: El Escorial (1563-1583) fue encargado por Felipe II en agradecimiento por la victoria en San Quintín. Diseñado por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, Felipe II supervisó personalmente su concepción, rechazando la ornamentación excesiva y promoviendo su función múltiple como palacio, iglesia-convento y panteón. Simboliza la grandeza de la monarquía hispánica y la unión del poder temporal y espiritual. Se ubica en la sierra de Guadarrama, en una posición estratégica cercana a Madrid y rodeada de recursos naturales. Análisis: El diseño geométrico y simétrico de El Escorial sigue un esquema en forma de parrilla, evocando el martirio de San Lorenzo. Se divide en tres secciones: 1. Eje central: Fachada principal, Patio de los Reyes, iglesia y estancias privadas de Felipe II. 2. Flanco Norte: Palacio, seminario y colegio universitario con una torre piramidal central. 3. Flanco Sur: Patio de los Evangelistas y convento con forma de cruz y torre chapitelada. Exterior: La fachada es maciza y predominan las líneas horizontales, con torres cuadradas y chapiteles que suavizan la estructura. Su decoración es austera, con muros de granito y ausencia de ornamentos, salvo por los chapiteles y bolas de granito. La fachada principal presenta tres puertas con frontones, siendo la central la más elaborada. Las torres, ubicadas a los lados de la fachada, proporcionan verticalidad a un conjunto que de otro modo resultaría muy plano y contenido. Interior: El centro simbólico del edificio es la iglesia, con el Panteón bajo su altar. Su planta de cruz griega incluye bóvedas de cañón y una gran cúpula en el crucero. El presbiterio se eleva sobre una escalinata y mantiene una decoración austera acorde al conjunto. Esta disposición subraya la solemnidad y la función religiosa del edificio, cuyo eje se alinea con la trascendencia divina. • Fachada de la iglesia: Ubicada en el Patio de los Reyes, presenta semicolumnas gigantes de orden dórico y estatuas colosales de los reyes de Israel, interrumpidas por una ventana en el frontón triangular. • Claustro de los Evangelistas: Con doble galería de arcos de medio punto, columnas dóricas en el piso inferior y jónicas en el superior, rematadas con una balaustrada con bolas de granito. En el centro se ubica el templete de los Evangelistas, inspirado en Bramante. La disposición del claustro y su decoración, con diferentes órdenes arquitectónicos, reflejan la jerarquía entre lo sagrado y lo terrenal, acentuada por los detalles arquitectónicos cuidadosamente pensados. Comentario: El Escorial refleja la austeridad del Manierismo, priorizando lo estructural sobre lo ornamental. Su diseño simétrico y repetitivo transmite una sensación de monumentalidad distante de la escala humana, acorde con la mentalidad de la Contrarreforma. Busca transmitir humildad y solemnidad, en sintonía con los valores religiosos de la época. Como símbolo de la Contrarreforma, El Escorial subraya la pequeñez del hombre ante Dios y la importancia de la piedad. La iglesia y el convento son espacios para la reflexión espiritual, mientras que las bibliotecas destacan el conocimiento teológico como medio para reforzar la fe. Desde un punto de vista propagandístico, el edificio consolidó a Felipe II como defensor de la fe católica, simbolizando la unión entre monarquía y Iglesia, y reflejando la idea de un poder divinamente legitimado.