PERSECUCIONES EN CONTRA DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

El cristianismo debió experimentar grandes problemas en los primeros siglos de existencia.

Causas de las persecuciones: son variadas y múltiples las razones por las cuales se perseguían a los cristianos, dependiendo muchas veces del emperador que las iniciaba y del lugar en que se desarrollaban. Sin embargo se ha logrado sistematizar en tres grandes causales:

Base jurídica: la mentalidad de los romanos en obrar siempre de acuerdo a derecho. Nada se hace sino existe una ley que respalde algún procedimiento. Las persecuciones son justificadas por tres instancias jurídicas:

Periodificación. No se debe pensar que los tres primeros siglos del cristianismo fue un periodo de persecuciones continuas, permanentes. Los primeros cristianos tuvieron tiempos intercalados de tolerancia hacia ellos. El emperador Decio marca un hito en el periodo de las persecuciones, por ser su gobierno un periodo breve (249-251) pero tremendamente violento hacia los cristianos. Se puede decir que las persecuciones, si bien comenzaron sistemáticamente con Nerón, se periodifican en un antes y en un después de Decio.

Cada emperador tenia su propio estilo para perseguir a los primeros cristianos, algunos buscaban a los cabezas del grupo de los cristianos para decapitar el movimiento; otros confiscaban sus bienes, especialmente los lugares de reunión; otros quemaban sus escritos a fin de que no se propagara la mala idea del cristianismo, otros perseguían al sacramento del bautismo, porque era rito por el cual muchos se hacían cristianos siento en el momento catecúmenos o neofitos.

Terminos de las persecuciones: con la victoria de Constantino el grande, hijo de Constancio cloro y de Elena, sobre manjencio en la batalla del puente Silvio, se logró la libertad definitiva del cristianismo primitivo. Constantino con su colega Licinio augusto promulgaron el Edicto de Milán (313) decretando la libertad religiosa dentro del imperio. Si bien Licinio siguió posteriormente persiguiendo a los cristianos, la victoria de Constantino en el año 324, que le dejó como soberano absoluto, entregó a la Iglesia plena libertad.

Con esto la iglesia se libero de las persecuciones, pero de una iglesia perseguida pasó a ser una iglesia protegida, en cuanto se cayó en el cesaropapismo, es decir, el emperador no solo era jefe político del imperio sino también jefe espiritual, deviniendo a pérdida la figura de los papas de la epoca. Es así como Constantino fue muy generoso con la Iglesia ya que le construyó la primera basílica de san pedro, la basílica de Constantinopla, la iglesia del santo sepulcro, entrego el palacio de Letrán como sede para el Pontífice, entre otras cosas.