La sagrada familia es un templo cuya construcción inician Jose María Bocabella como promotor y F. De Paula Villar como arquitecto, quienes comienzan el proyecto en 1866. No obstante las discrepancias con los miembros de la junta provoca la dimisión de Villar, siendo designado A. Gaudí para la realización del edificio partir de 1886. Desde ese momento la construcción del templo ideado por Gaudí sigue un ritmo lento y pausado y en ocasiones sufre paralizaciones debido problemas económicos. En 1926, la muerte de Gaudí(atropellado por un tranvía) supone una contrariedad al proceso constructivo, que se agravará con la guerra civil, que entre otras cosas supone la destrucción de parte de la obra concluida y de las maquetas hechas por autor. A partir de 1948 se retoman las obras del templo, que con igual parsimonia y lentitud avanzar hasta hoy mismo, en que al templo aún le quedan muchos zonas por concluir. De hecho hasta 19 76 no se acaba definitivamente la fachada la pasión con todas sus torres, realizándose en los últimos años el volteo de las bóvedas de las naves, del crucero y del ábside. Aún así, siempre cuando se siga el ritmo constructivo de los últimos años, no se espera que la sagrada familia pueda concluirse antes del año 2030.

Es un templo realmente grandioso desde su proyecto, el mismo Gaudí decía que" no le es posible acabar el templo a una sola generación; dejemos pues una vigorosa muestra de nuestra huella, que las generaciones venideras sienta en el estímulo de hacer el resto y no nos atemos para el resto de la obra".

Su estructura, desde una lectura convencional comprendería una planta basílica en forma de cruz latina, con cuatro naves laterales y otra mayor central. El crucero, a su vez esta formado por tres naves, presentando en sus brazos dos pórticos: las fachadas de la natividad y de la pasión, que se complementan con la portada principal a la entrada de la nave central, que es la conocida como fachada de la gloria, aún sin completar. Pero a esta descripción hay que añadir la serie de aportaciones técnicas y decorativas características de su actor, que son únicas y especialmente originales. Así no falta el toque orgánico, hasta el punto de que el templo en realidad se puede contemplar como un bosque mágico de troncos y follaje del que surgen como luminarias para el creyente las torres helicoidales del templo, que a su vez parecen esculturas de arena o troncos gigantes horadados por nidos de termitas. Los elementos formales que Gaudí utiliza para dar forma a este ejercicio de insuperable inventiva son igualmente novedosos y diseñados para la ocasión: los capiteles vegetales, los pilares inclinados y helicoidales, las bóvedas paraboloides, creando con todo ello una suerte de formas que semejan un entramado de osamentas. Ventanas, óculos, tracerías y otros motivos decorativos siguen igualmente un diseño caprichoso de absoluta fantasía, y no faltan como en toda su obra un amplio abanico de material variados: en este caso cristales de murano, cerámicas, alicatados, etc..

El templo también consta de un claustro, igualmente original, este rodea el templo y actúa como un espacio que lo aísla del exterior. A la altura del ábside en el claustro se abrirá la capilla de la asunción de la virgen y a cada lado de ella una sacristía. Asimismo, a los lados de la fachada principal aún ha de construirse un baptisterio al izquierda de ella y a la derecha sendas capillas dedicadas a la Eucaristía y la penitencia.

El proyecto prevé también la construcción de doce campanarios(uno para cada apóstol), cuatro más para los evangelistas, otro dedicado a la virgen y el más importante, de 170 m, de altura coronado con la típica coste cuatro brazos ideada por Gaudí, símbolo de Jesucristo.

Estos campanarios de perfil parabólico tiene en su interior unas escaleras helicoidales que rodean un espacio donde se tienen que situar las campanas tubulares, que Gaudí estudió durante años y que sonarán por aire comprimido y percusión.

Queda claro el profundo simbolismo cristiano que muestra toda la construcción y que se complementa con su aportación escultórica. Así, todo el programa ornamental sigue un ciclo iconográfico de fuerte contenido cristiano y se complementa con números motivos religiosos entremezclados. No faltan detalles puramente organicistas, como los numerosos lagartos que rodean los muros y torres a todo lo largo del templo, cuando no, juegos matemáticos, como en la fachada de la pasión en la que se inscribe en un cuadrado, 16 cifras que permiten hacer 310 combinaciones diferentes sumando siempre 33: la edad de Jesucristo en el momento de su muerte.

Como en los grandes proyectos de la edad media, la sagrada familia es una obra descomunal que, si acaba en las fechas previstas, habrá costado de hacer más de siglo y medio. Sólo ese dato ya nos previene de la monumentalidad y grandeza de esta obra única y extraordinaria.

Gaudí no sólo actuaba como proyectista, sino que era el auténtico maestro de las obras que lo planeaba y lo ejecutaba absolutamente todo(incluidos cerrajes, esculturas y hasta mobiliarios), viviendo además en la propia obra y casi obsesionado por ella.

El repertorio del Gaud es muy amplio en Cataluña y fuera de ella, pero sin duda su realización más espectacular y por monumental inacabada es la sagrada familia de Barcelona.

La sagrada familia es un templo cuya construcción inician Jose María Bocabella como promotor y F. De Paula Villar como arquitecto, quienes comienzan el proyecto en 1866. No obstante las discrepancias con los miembros de la junta provoca la dimisión de Villar, siendo designado A. Gaudí para la realización del edificio partir de 1886. Desde ese momento la construcción del templo ideado por Gaudí sigue un ritmo lento y pausado y en ocasiones sufre paralizaciones debido problemas económicos. En 1926, la muerte de Gaudí(atropellado por un tranvía) supone una contrariedad al proceso constructivo, que se agravará con la guerra civil, que entre otras cosas supone la destrucción de parte de la obra concluida y de las maquetas hechas por autor. A partir de 1948 se retoman las obras del templo, que con igual parsimonia y lentitud avanzar hasta hoy mismo, en que al templo aún le quedan muchos zonas por concluir. De hecho hasta 19 76 no se acaba definitivamente la fachada la pasión con todas sus torres, realizándose en los últimos años el volteo de las bóvedas de las naves, del crucero y del ábside. Aún así, siempre cuando se siga el ritmo constructivo de los últimos años, no se espera que la sagrada familia pueda concluirse antes del año 2030.

Es un temple realmente grandioso desde su proyecto, el mismo Gaudí decía que" no le es posible acabar el templo a una sola generación; dejemos pues una vigorosa muestra de nuestra huella, que las generaciones venideras sienta en el estímulo de hacer el resto y no nos atemos para el resto de la obra".

Su estructura, desde una lectura convencional comprendería una planta basílica en forma de cruz latina, con cuatro naves laterales y otra mayor central. El crucero, a su vez esta formado por tres naves, presentando en sus brazos dos pórticos: las fachadas de la natividad y de la pasión, que se complementan con la portada principal a la entrada de la nave central, que es la conocida como fachada de la gloria, aún sin completar. Pero a esta descripción hay que añadir la serie de aportaciones técnicas y decorativas características de su actor, que son únicas y especialmente originales. Así no falta el toque orgánico, hasta el punto de que el templo en realidad se puede contemplar como un bosque mágico de troncos y follaje del que surgen como luminarias para el creyente las torres helicoidales del templo, que a su vez parecen esculturas de arena o troncos gigantes horadados por nidos de termitas. Los elementos formales que Gaudí utiliza para dar forma a este ejercicio de insuperable inventiva son igualmente novedosos y diseñados para la ocasión: los capiteles vegetales, los pilares inclinados y helicoidales, las bóvedas paraboloides, creando con todo ello una suerte de formas que semejan un entramado de osamentas. Ventanas, óculos, tracerías y otros motivos decorativos siguen igualmente un diseño caprichoso de absoluta fantasía, y no faltan como en toda su obra un amplio abanico de material variados: en este caso cristales de murano, cerámicas, alicatados, etc..

El templo también consta de un claustro, igualmente original, este rodea el templo y actúa como un espacio que lo aísla del exterior. A la altura del ábside en el claustro se abrirá la capilla de la asunción de la virgen y a cada lado de ella una sacristía. Asimismo, a los lados de la fachada principal aún ha de construirse un baptisterio al izquierda de ella y a la derecha sendas capillas dedicadas a la Eucaristía y la penitencia.

El proyecto prevé también la construcción de doce campanarios(uno para cada apóstol), cuatro más para los evangelistas, otro dedicado a la virgen y el más importante, de 170 m, de altura coronado con la típica coste cuatro brazos ideada por Gaudí, símbolo de Jesucristo.

Estos campanarios de perfil parabólico tiene en su interior unas escaleras helicoidales que rodean un espacio donde se tienen que situar las campanas tubulares, que Gaudí estudió durante años y que sonarán por aire comprimido y percusión.

Queda claro el profundo simbolismo cristiano que muestra toda la construcción y que se complementa con su aportación escultórica. Así, todo el programa ornamental sigue un ciclo iconográfico de fuerte contenido cristiano y se complementa con números motivos religiosos entremezclados. No faltan detalles puramente organicistas, como los numerosos lagartos que rodean los muros y torres a todo lo largo del templo, cuando no, juegos matemáticos, como en la fachada de la pasión en la que se inscribe en un cuadrado, 16 cifras que permiten hacer 310 combinaciones diferentes sumando siempre 33: la edad de Jesucristo en el momento de su muerte.

Como en los grandes proyectos de la edad media, la sagrada familia es una obra descomunal que, si acaba en las fechas previstas, habrá costado de hacer más de siglo y medio. Sólo ese dato ya nos previene de la monumentalidad y grandeza de esta obra única y extraordinaria.



Nos encontramos ante la imagen del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona es una obra compleja dentro de la misma plástica de Gaudí. Enciera todo un proceso evolutivo del modernismo gaudiano, desde que en 1884 se hizo cargo de las obras, ya planteadas en estilo neogótico por el arquitecto Francisco de Paula del Villar. El problema actual del templo inacabado estriba en la discusión sobre si es legítimo artísticamente terminar una obra a la que sólo el maestro podría haber dado fin, especialmente por esa evolución constante que encierra y que se cortó con el fallecimiento de Gaudí en 1926, o si se debe concluir el templo, que es el fin último, surgido antes de Gaudí y que fue concebido por el maestro como una construcción medieval, porque sabía que nunca podría verlo terminado. La cripta,el ábside completo y la fachada del Nacimiento es lo que termino Gaudí. Sobre la base estructural de las cuatro torres, culminadas por las cruces orientadas a los cuatro puntos cardinales, como solía hacer el arquitecto, se articula un complicado programa donde la palabra se une a la escultura y al color para lograr la unión orgánica, natural, y por tanto viva, de la naturaleza y artificio, con el fin de alabar a Dios hecho Hombre.

Hablar de Modernismo en arquitectura es hablar de término que habitualmente se superpone el criterio artístico del Art Nouveau perro. Un estilo, que es un fenómeno artístico muy amplio que no puede circunscribirse sólo a la arquitectura. Podría decirse que se trata de un estilo decorativo, basada en una estética curvilínea, exuberante, colorista y floral, que en cierto modo resultó a la vez un estilo y una moda. En una palabra un arte del diseño.

Por ello es un arte total, que el campo concreto de la arquitectura reclama la colaboración de mosaítas, vidrieros, carpinteros y escultores. Incluso suponía que los arquitectos vinculados a este movimiento, como Gaudí, Doménech i Montaner, Guimard, Van de Velde o Mackintosh, no sólo proyectarán sus edificios, sino que diseñaban también los elementos decorativos fijos y hasta el mobiliario de las casas que construían.

En ningún caso, conciben sus construcciones únicamente como viviendas, ni las destina a un uso puramente práctico, sino que las entienden como magnas realizaciones artísticas en las que creaciones plásticas de todo tipo, diseñadas por ellos y realizadas por diversos especialistas, se integran en el conjunto.

Surge de ello una arquitectura fantasiosa, de intención decorativa, aficionada a los elementos ornamentales basados en motivos orgánicos, especialmente florales y a veces zoomorfos, de exuberancia colorista, rupturista con las normativas clásicas y habituales, y sin duda de una enorme imaginación. Tanto, que puede decirse que la concepción arquitectónica se desmaterializa, solapando y marginando las propias estructuras arquitectónicas.

Una arquitectura que busca también el placer que proporciona la integración de la belleza y del bienestar. Y todo ello a través de conjuntos donde prevalece el sentido del gusto y la armonía, a base de elementos ornamentales ligeros, delicados e inestables, y no rechaza las novedades técnicas del siglo, sino que las incorpora a su repertorio, por ejemplo la utilización frecuente que se hace de Hierro. Sin embargo, aporta una nueva sensibilidad, sutil y preciosista, que consigue hacer compatible estas innovaciones de la época con los valores tradicionales de la arquitectura y la artesanía popular.

El ejemplo más notorio de este movimiento en lo que se refiere al arquitectura es la figura irrepetible de Antonio Gaudí(Reus 1852-Barcelona 1926), sin duda el máximo representante del arquitectura modernista en España y uno de los grandes maestros modernistas a nivel internacional. Aún con todo, a Gaudí no debe vincularse exclusivamente a este movimiento. Gaudí fue mucho más que un modernista, fue un arquitecto genial, lleno de magia, capaz de mezclar con un sentido creativo elementos de distinta procedencia. Se adelantó a su tiempo conforma se aparentemente irracionales, por lo que se le criticó notablemente en su época, con el tiempo hubo de considerársele el antecesor de la arquitectura orgánica, porque sus obras se reproducen en muchas ocasiones imaginarias animales U orgánicas de General, que se camufla en una apariencia que imita la naturaleza, cuando no se añaden directamente relieves o esculturas de plantas y animales. Su capacidad de adecuar el modelo arquitectónico al dictado imaginación convertirá sus obras, en un alarde escultórico. Son igualmente originales sus plantas y la solución de sus soportes y cubiertas que se resuelven con elementos formales novedosos, asimismo, utiliza materiales diversos complementarios a la piedra, como el Hierro o la cerámica.

Nos encontramos ante la imagen del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona es una obra compleja dentro de la misma plástica de Gaudí. Enciera todo un proceso evolutivo del modernismo gaudiano, desde que en 1884 se hizo cargo de las obras, ya planteadas en estilo neogótico por el arquitecto Francisco de Paula del Villar. El problema actual del templo inacabado estriba en la discusión sobre si es legítimo artísticamente terminar una obra a la que sólo el maestro podría haber dado fin, especialmente por esa evolución constante que encierra y que se cortó con el fallecimiento de Gaudí en 1926, o si se debe concluir el templo, que es el fin último, surgido antes de Gaudí y que fue concebido por el maestro como una construcción medieval, porque sabía que nunca podría verlo terminado. La cripta,el ábside completo y la fachada del Nacimiento es lo que termino Gaudí. Sobre la base estructural de las cuatro torres, culminadas por las cruces orientadas a los cuatro puntos cardinales, como solía hacer el arquitecto, se articula un complicado programa donde la palabra se une a la escultura y al color para lograr la unión orgánica, natural, y por tanto viva, de la naturaleza y artificio, con el fin de alabar a Dios hecho Hombre.

Hablar de Modernismo en arquitectura es hablar de término que habitualmente se superpone el criterio artístico del Art Nouveau perro. Un estilo, que es un fenómeno artístico muy amplio que no puede circunscribirse sólo a la arquitectura. Podría decirse que se trata de un estilo decorativo, basada en una estética curvilínea, exuberante, colorista y floral, que en cierto modo resultó a la vez un estilo y una moda. En una palabra un arte del diseño.

Por ello es un arte total, que el campo concreto de la arquitectura reclama la colaboración de mosaítas, vidrieros, carpinteros y escultores. Incluso suponía que los arquitectos vinculados a este movimiento, como Gaudí, Doménech i Montaner, Guimard, Van de Velde o Mackintosh, no sólo proyectarán sus edificios, sino que diseñaban también los elementos decorativos fijos y hasta el mobiliario de las casas que construían.

En ningún caso, conciben sus construcciones únicamente como viviendas, ni las destina a un uso puramente práctico, sino que las entienden como magnas realizaciones artísticas en las que creaciones plásticas de todo tipo, diseñadas por ellos y realizadas por diversos especialistas, se integran en el conjunto.

Surge de ello una arquitectura fantasiosa, de intención decorativa, aficionada a los elementos ornamentales basados en motivos orgánicos, especialmente florales y a veces zoomorfos, de exuberancia colorista, rupturista con las normativas clásicas y habituales, y sin duda de una enorme imaginación. Tanto, que puede decirse que la concepción arquitectónica se desmaterializa, solapando y marginando las propias estructuras arquitectónicas.

Una arquitectura que busca también el placer que proporciona la integración de la belleza y del bienestar. Y todo ello a través de conjuntos donde prevalece el sentido del gusto y la armonía, a base de elementos ornamentales ligeros, delicados e inestables, y no rechaza las novedades técnicas del siglo, sino que las incorpora a su repertorio, por ejemplo la utilización frecuente que se hace de Hierro. Sin embargo, aporta una nueva sensibilidad, sutil y preciosista, que consigue hacer compatible estas innovaciones de la época con los valores tradicionales de la arquitectura y la artesanía popular.

El ejemplo más notorio de este movimiento en lo que se refiere al arquitectura es la figura irrepetible de Antonio Gaudí(Reus 1852-Barcelona 1926), sin duda el máximo representante del arquitectura modernista en España y uno de los grandes maestros modernistas a nivel internacional. Aún con todo, a Gaudí no debe vincularse exclusivamente a este movimiento. Gaudí fue mucho más que un modernista, fue un arquitecto genial, lleno de magia, capaz de mezclar con un sentido creativo elementos de distinta procedencia. Se adelantó a su tiempo conforma se aparentemente irracionales, por lo que se le criticó notablemente en su época, con el tiempo hubo de considerársele el antecesor de la arquitectura orgánica, porque sus obras se reproducen en muchas ocasiones imaginarias animales U orgánicas de General, que se camufla en una apariencia que imita la naturaleza, cuando no se añaden directamente relieves o esculturas de plantas y animales. Su capacidad de adecuar el modelo arquitectónico al dictado imaginación convertirá sus obras, en un alarde escultórico. Son igualmente originales sus plantas y la solución de sus soportes y cubiertas que se resuelven con elementos formales novedosos, asimismo, utiliza materiales diversos complementarios a la piedra, como el Hierro o la cerámica.

Gaudí no sólo actuaba como proyectista, sino que era el auténtico maestro de las obras que lo planeaba y lo ejecutaba absolutamente todo(incluidos cerrajes, esculturas y hasta mobiliarios), viviendo además en la propia obra y casi obsesionado por ella.

El repertorio del Gaud es muy amplio en Cataluña y fuera de ella, pero sin duda su realización más espectacular y por monumental inacabada es la sagrada familia de Barcelona.